Estás
dejando el tiempo pasar,
miras
el minutero,
cómo
puede ser de día ya
cómo
de noche,
cómo
demasiado tarde ya.
Estás
en el mismo sitio de siempre,
de la
misma manera,
puedo
verte a lo lejos
a
pesar del hormigón
y el
piche.
Yo lucho contra el espacio,
jamás
te hablaré de los agujeros negros,
del
fin del mundo y del miedo.
No te
voy a hablar de la tristeza
ni de
las lágrimas.
Ni de
la venganza,
ni del
fuego,
ni lo
de estar perdido en mitad del bosque.
Sigues
mirando el tiempo
yo
sigo mirando el espacio.
Estamos
dentro del mismo teorema
sin saber cómo coincidir.
Ojalá
arrancar el minutero,
clavármelo
en el pecho,
amarrarme
a una cuerda
y
hacer desaparecer
el
espacio,
por
fin.
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