En este preciso momento el mundo se
torna un poco mejor (más humano) para la clase de perdedoras como
nosotras. Se ha parado el tiempo, los calendarios de exámenes no
existen, la gata piensa sentada al borde de la mesa.
Justo en ese instante en el que mi
memoria te tiene agarrada por la cintura y nos besamos en una avenida
llena de un verano asfixiante pero feliz. Ahora mismo me vuelvo a
casa después de haberte conocido y juro soy una hija de puta con
suerte (la hija de puta con más suerte que conozco). Ahora tus ojos
me devoran. Formo parte del barro y del bosque.
En este preciso momento en el que el
tiempo me da una tregua y no pienso en matrículas de universidad, ni
billetes carísimos de avión. Justo ahora me siento en calma. En
paz.
Pero es cuestión de tiempo,
también,
que llegue la tempestad.
Así que aquí te espero, hijaputa,
tusmuertos.
Efectivamente, no tardó mucho en llegar.