Mi
nombre en tu boca es como follarse a algún dios. Como meterse de
todo sin miedo al después. Es no tener miedo a la muerte, ser
invencible en tus labios. Mi nombre en tu boca no me parece extraño,
parece más real, parezco más yo. Le das sentido a cada vocal, me
abres en canal, te metes dentro y sonríes y yo también mientras te
empapo con mis tripas. Mi nombre en tu boca es miel, es normal, es
decente, es dignidad. Mi nombre en tu boca me hace grande, me gusta,
es para siempre. No me da vergüenza, no siento rechazo. Mi nombre en
tu boca me hace valiente, me hace querer ser yo, me da fuerza, me
allana el camino, lucha contra monstruos y demonios, es poesía. Mi
nombre en tu boca destruye dudas, astillas, pasados y construye
recuerdos. Inventa unas alas y me enseña a volar, recorre mi cuerpo
y me deja dormir en paz. Mi nombre en tu boca me permite soñar,
despertar, vivir al límite sintiéndome seguro siempre. Mi nombre en
tu boca sabe delicioso, lo explotas como chicle, lo haces crujir como
piedras, lo amasas junto a mi cerebro y nos dejas reposar como al
pan. Mi nombre en tu boca, desde que te lo dije, me hace sentirme
amado como nunca, como a nadie, para siempre. Mi nombre y yo te
agradecemos que hayas aparecido, y nos pronuncies y nos estrujes como
si quisieras vernos terminar de explotar, expandirnos. Derrotados, mi
nombre y yo, sobre tu lomo de pantera, te damos las gracias a
lametones y te condenamos a una vida plena y llena de placeres. Mi
nombre en tu boca es correrse veinte veces en una noche, es engalanar
cada rincón de la casa con un orgasmo brutal y sincero. Es respirar
en tu piel y sentirse anfibio, nadar, ser un semidios. Mi nombre en
tu boca es perfecto, precioso, parecido, adorable, masculino y
sensual. Y tu lengua que todo lo sabe, todo lo acuchilla, lo trata
con tanta delicadeza que duele contemplarlo. Mi nombre en tu boca me
hace ser mejor, más yo, más contigo. Contigo siempre.
Brunch.
Hace 2 años