La gente me llama valiente. No tienen ni puta idea. Valiente
sería si pudiera decirte lo que pienso tal cual. Lo que siento tal
cual. Dime, para qué serviría. Valiente sería sacarme la cabeza
del culo de nuevo y empezar a conseguir todo eso que ahora mismo me
da igual. Valiente sería no necesitarte tanto y quererte mejor.
Pero
siento que el día que te marchaste, mucho antes de despedirte de mí,
te llevaste contigo el libro de instrucciones. Valiente sería
continuar sin ese libro. Qué fácil. Cómo si no hubiera montado y
desmontado este mueble una y mil veces. Lo puedo hacer hasta con los ojos
cerrados. Pero no siempre lo que se necesita es lo que se quiere. Y
viceversa.
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