Estoy partido a la mitad.
Veo mi cuerpo abrirse en dos,
La herida es una gran caldera
Y la sangre inunda todo a su paso.
Estoy despidiéndome de ti mientras te sigo esperando,
Digo que no pero late en mí un ojalá
Que revienta y destruye
Late en mí un futuro que nunca será contigo
Partido a la mitad
Porque no te necesito pero te quiero
Con mis propias manos abro mi cráneo como si fuera un coco
Abro mis costillas como si fueran ramas secas
Y todo yo fuera una casa en ruinas
Y tu partida fueran unos nuevos inquilinos que me quieren reformar.
Que nunca volveré a ser el mismo
Pero podré respirar
Y no habrá más polvo,
Ni ramas rompiendo cristales
Entrando hasta la sala de estar,
Acurrucando los nidos de los pájaros
Que hurgarán
Dentro de la herida que eres en mí.
Llevo siete días dejándolo estar
Pero resulta que necesito conectar con lo que me haces sentir.
Y supongo que no me había enfrentado a ello porque duele asimilar que la casa está rota,
Partida a la mitad
Irreparable.
Enfrentarme a que a pesar de que pase lo que pase
La casa no puede más
La casa ya no existe.
Y esto es triste.
Tanto que he llorado viendo nuestra última conversación
En la que me prometes hablar las cosas después de pensarlas mejor.
Y yo sé que no me vas a responder
Pero caes en mí como un rayo
Y me partes en dos.
Todo lo que sé que va a pasar
Y todo lo que me gustaría que pasará
Todo lo que sé que no me dirás jamás
Y todo lo que daría por que me dijeras.
Lo que es mejor para ambos
Lo que quiero que me destroce.
Por favor.