"Repaso una y otra vez
qué pudo haber hecho que cambiasen las cosas tan drásticamente de
un día para otro y llego a la conclusión, aquí sentada, fumando,
que fuera lo que fuese ya no importa.
Me gustaría
levantarme, recoger mis cosas y despedirme diciendo “nos vemos el
miércoles para ir a la playa” pero contraria a mis deseos, sigo
aquí, viendo cómo pinta mientras intento que no lea esto cuando
levante la cabeza para husmear entre mis cosas.
Se me viene a la cabeza
algo, una cuestión, entonces: ¿Si el ser humano busca ante todo
satisfacer sus necesidades, evitando a toda costa el dolor y la
desidia, por qué razón sigo yo aquí, empeñada en salvar algo que
hace tiempo se esfumó?
¿Sirve de algo
lamentarme por el tiempo que pierdo a su lado día tras día?
¿Sirve de algo creer,
desesperanzadamente, que las cosas mejorarán, creer que aguantar así
merecerá la pena, tendrá su recompensa?"