Funcionalidad del Pasado.

Siempre me pasa que descubro la funcionalidad de las cosas cuando ya es demasiado tarde.

Y que sea demasiado tarde es precisamente la característica principal de este lugar.

Después de tanto tiempo encuentro que quizás este sea un buen sitio para mirar el pasado con los ojos del presente-futuro.

En cualquier caso, a los fantasmas del pasado, a los vivientes del presente y viceversa, sean ustedes bienvenidos.



miércoles, 2 de enero de 2019

Río Negro (4.6.18)


Nací en un río negro
una noche en la que no
se sentía el frío,
aunque muriera de hipotermia
las veces en las que
dejabas de besarme
para respirar,
despedirnos de los demás,
o beber de copas que sobraban ya.

He deseado tu piel
hasta quedarme dormido
lamiendo el sudor invisible
de mis sábanas.
He pensado en ti desnuda
mientras comía con mi familia
y me he puesto triste
y me he puesto nervioso
y he querido saber
qué pensarías tú
en ese preciso instante,
en el que me llevo la cuchara a la boca
y no son tus piernas
ni tus labios
ni tus tetas
lo que mastico.

Hay días que tienen que ser escalados,
entonces
desdoblo mi imaginación
y recuerdo la manera en la que
arañaba tu espalda y
era capaz de sostener todo tu peso
con mis manos atrapando tu pelo
negro
como el río
que me vio nacer.

Hace un millón de años
que no besamos a nadie
y pareciera que llevásemos
toda la vida
rompiéndonos las bocas
a piropos envueltos en lenguas
y saliva.
El sol comienza a morder mi piel
y recuerdo las marcas
en tus muslos.
Siento el daño,
pídeme que te lo compense
y maltrataré aun más a
tu costado,
tu culo,
y tu cuello.

Dime “para” con la voz
y anímame el resto del camino
con tus ojos,
con tu manera de morderte el labio
y resoplar.
Dime que estás fatal,
tanto
que no puedas salir de la cama hoy,
tanto,
que rujan tus tripas y te den igual.
Sumérgeme en el río negro
que me vio nacer
aquella noche
en la que menos mal que
no serpenteaste
hacia otras borracheras.
Menos mal que no.

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