Adam está creciendo,
Esto era lo de crecer.
No pagar facturas, que también.
Está creciendo porque ya no hay muros que lo contengan
Y la vida entre horizontes se ve de otras muchas maneras.
Ni sí ni no
Ni todo o nada
Adam está descubriendo la mitad de casi todo,
Disfrutando de las pequeñas intensidades,
De los destellos sin explosiones,
De la tranquilidad de sentarse satisfecho en un banco destartalado
A mirar a su gato,
Que es un gato feliz,
Aunque siempre se lo cuestiona haciendo equilibrios entre el sentimiento de culpa
y la autoexigencia desmesurada.
Adam siempre lo puede hacer mejor
Pero así como lo está haciendo está genial también.
Adam se mira en el espejo y se ve.
Se mira y se reconoce
Y se empieza a querer tantísimo
Que no permite que lo quieran menos de lo que él lo hace.
Y repite mantras porque Meri le explicó todo aquello de recibes lo que das,
Lo de proyectar en otros lo malitos que estamos
Y le dijo también lo de la abundancia
Y Meri casi siempre tiene razón
Y aunque no la tuviera, es Meri, u know.
Adam se agobia muchísimo pero respira hondo.
Sabe que tendrá todo lo que desea.
O casi todo.
Hay cosas que por más que se quiera es mejor dejarlas estar.
Personas.
Adam soy yo
Y cada letra de mi nombre se deshace como dulce de leche entre mi lengua y mi paladar,
Y cada letra de mi nombre se deshace y repta esófago abajo y calienta mi estómago a veces,
Cuando ni siquiera soy consciente de estar hambriento.
Adam soy yo.
Solo,
En medio del camino,
Sentado en un banco medio destartalado,
Sonriendo
Porque lo estoy haciendo lo mejor que puedo
Y eso ya es bastante.
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