No es nada en especial.
Solo que existimos.
Gente por ahí siendo
feliz del todo,
gente por ahí que nos
da rabia
y no es nada especial,
solo que me invento
detrás de tus pupilas
un pensamiento.
Todos sabemos bailar de
alguna manera
y el ruido en las casas
por las noches
da de todo para pensar.
No recuerdo mi último
cigarro
y pienso en la última
vez que lo hice con alguien
sin saber que sería el
último.
Pienso en el último
beso de todas las despedidas
que siempre acaban
siendo mentira,
al final todos
terminamos haciéndonos daño
durante mucho más
tiempo
hasta que un día te
despiertas, sonríes,
le das un beso
sin saber que ese, en
realidad
será el último.
Es como si el destino
quisiese evitarnos
el mal trago de
recordar el último todo
como el único todo.
Y no es nada especial.
Solo que pensamos
marcharnos
sin decirnos adiós.
No será especial,
ni lo recordaremos
cuando volvamos
a ser las que éramos
pero será esa
distancia que nunca imaginamos
que ocurriría
porque allí en la cama
sonriendo
nada parecía acabar,
oscurecerse.
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